Soy una firme defensora de que la belleza de la mujer no depende de su talla. Reivindico la idea de que se pueden tener curvas y ser bella y sensual.
Navegando por las redes, encontré a Lidia y Raquel, de soycurvy.com que se definen a sí mismas como mujeres convencidas de que un número no puede determinar si eres o no feliz, estilosa o sexy. En una de las entradas de su blog, me encuentro algo que transcribo literalmente
‘ lo queráis o no yo estoy orgullosa de cómo soy, he aceptado mis curvas y forman parte de mi realidad. No tengo porqué ocultarlas tras vestidos grandes, pantalones anchos y ropa que no se ajusta a mi cuerpo. Deseo vestir moderna, poder ir ceñida -si me da la gana- …’
Como ellas dicen, ser curvy es una actitud ante la vida. No se trata de usar una talla u otra, sino de la firme creencia de que la belleza es diversa.
Les dedico este post a ellas, que me han servido de inspiración, y también a todas las mujeres que luchan cada día por quererse y aceptarse como tal y como son. Me encuentro a diario con mujeres que, sin darse cuenta, promueven cánones estéticos alternativos y alejados de clichés.
He fotografiado a muchas de esas ‘mujeres reales’ que, teniendo sus miedos y sus inseguridades, los superan para ponerse delante de una cámara con el ánimo de gritarle al mundo que son maravillosas y únicas.
Gracias a mi pasión por la fotografía femenina, – en concreto la fotografía boudoir – , he tenido la suerte de conocer a muchas mujeres valientes, que saben valorarse, que viven seguras de si mismas y que se niegan a vivir de puntillas.
Hoy reflexiono sobre ellas, sobre su firmeza para declararle la guerra a los estereotipos, sobre su empeño en construir estándares propios.